viernes, 9 de diciembre de 2011

A propósito de Henry

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A propósito de Henry, a pesar de ser una película que roza la mediocridad y de tener una deliberada intención comercial, posee una temática con un trasfondo muy profundo y que puede levar a interesantes reflexiones. 
Al principio del largometraje Henry es un abogado sin escrúpulos, que no duda en esconder pruebas contrarias con objeto de ganar el juicio, sus valores se basan únicamente en su trabajo y en satisfacer a su preciosa amante, pero un tiro en los sesos cambio su vida, incluso a mejor convirtiéndolo después de una larga rehabilitación  en una persona honesta y buena, en buen padre. Al incorporarse a su vida normal reconoce "no me gusta lo que era", esa frase en particular certifica el cambio de Henry, la reconstitución de sus decrépitos valores el perdón a su esposa y viceversa por sus respectivas infidelidades. Se puede decir que ese tiro que casi acaba con su vida, la reformó y la cambió a mejor. Pero no ese el único en la película que recibe un "tiro", Bradley, su fisioterapeuta, mientras jugaba a fútbol americano tuvo una grave lesión de rodillas que frustró su carrera profesional, pero esa lesión de alguna manera le favoreció, ya que empezó a ayudar a gente como Henry con problemas físicos y le formó como persona.
 En la vida se presentan muchísimos tiros que parecen perjudicarnos, pero que en realidad nos sacan de nuestra burbuja de vida ideal y nos hace descubrir las verdaderas bases de nuestra condición y nos hace reflexionar sobre ella, esto nos convierte en mejores personas y nos hace ver la vida desde otra perspectiva, como una oportunidad de ser feliz y compartir la felicidad, de ser solidario y consciente de las injusticias de este podrido mundo.


Antonio