El relato narra cómo Samuel, un discípulo del sacerdote Elí, recibe la llamada de Dios mientras duerme, el joven aprendiz cree que lo llama el anciano sacerdote y repetidas veces va en su busca, a pesar de que éste, insiste en que él no le ha llamado. Al quinto llamamiento Elí se percata de que Samuel está siendo llamado por Dios (descubre entonces su vocación) y se lo hace saber al joven profeta. Éste recibe las órdenes de unificar las almas y el territorio del pueblo judío, cumplirá su promesa y dejará en manos de su hijo Saúl las riendas de las doce tribus.
En cuanto al contexto histórico de la obra, nos encontramos en pleno proceso de formación de Israel como estado, en una época de grandes reformas políticas y religiosas. Samuel es el último gran juez e instaurador de la monarquía, ademñas de ser símbolo de resistencia del pueblo judío frente a los invasores.
La tradición a la que pertenece este escrito es la Yahvista, ya que se dirige a Dios con el nombre de Yahveh.
La enseñanza es que cualquier vocación y filantropía puede unir las almas de la gente.
Antonio