En primer lugar indagamos profundamente sobre la extensa historia del Cristianismo (nos centramos ensencialmente en sus orígenes más remotos. Es una religión monoteísta que tiene orígenes comunes con el judaísmo, pero, en contraposición con la última está basada en la vida y enseñanzas de Jesús de Nazaret, presentadas en el cánon bíblico.
En segundo lugar investigamos sobre los principales cánones o reglas morales cristianas y nos encontramos con las Bienaventuranzas, que proponía especies de normas sobre cómo un cristiano actúa con caridad, amor o solidaridad. Las solemnes bienaventuranzas (beatitudines, benedictiones) que marcan el inicio del Sermón de la Montaña, el primero de los sermones de Jesús en el Evangelio de San Mateo. Cuatro de ellas reaparecen en una forma ligeramente diferente en el Evangelio de San Lucas, de igual modo al comienzo de un sermón, y que discurren paralelamente a Mateo, si no a otra versión del mismo. Y aquí se ilustran con la oposición de las cuatro maldiciones. Escribimos las ocho Bienaventuranzas en una cartulina, a la que dimos forma de libro y la colocamos en la columna. Estas son las ocho Bienaventuranzas:
1. Dichosos los pobres por el espíritu, porque de ellos es el Reino de los Cielos.
2. Dichosos los mansos, porque ellos heredarán la tierra.
3. Dichosos los que lloran, porque llos serán consolados
4. Dichosos los que tienen hambre y sed de justicia, poque ellos serán saciados.
5. Dichosos los misericordiosos poque ellos alcanzarán la misericordia.
6. Dichosos los limpios de corazón, poque ellos verán a Dios.
7. Dichosos los que trabajan por la paz, poque ellos serán llamados hijos de Dios.
8. Dichosos los perseguidos por causa de la justicia, poque de ellos es el Reino de los Cielos.
En tercer lugar, decoramos una mesa con simbología cristiana, como la imagen de Jesús (retratado como un hombre del vulgo pobre y honrado por Rembrandt), una Biblia que contenía el Antiguo y el Nuevo Testamento (el Testamento cristiano) y cuatro velas que simbolizaban las semanas de Adviento (el primer período del año litúrgico cristiano, que consiste en un tiempo de preparación para el nacimiento de Cristo. Su duración es de 21 a 28 días, dado que se celebran los cuatro domingos más próximos a la festividad de Navidad. Los fieles lo consideran un tiempo de reflexión y de perdón).
El Cristianismo es de las religiones occidentales, la más extendida en todo el mundo.
Antonio
